sábado, 11 de febrero de 2017

Retrasar el pinzamiento del cordón umbilical reduce el riesgo de anemia en bebés

Fuente: http://www.abc.es/salud/enfermedades/abci-retrasar-pinzamiento-cordon-umbilical-reduce-riesgo-anemia-bebes-201701171806_noticia.html


Los bebés en los que se corta el cordón umbilical cuando ya han transcurrido tres minutos desde el parto presentan mayores niveles de hemoglobina.






La anemia ferropénica es una enfermedad caracterizada por una deficiencia de hierro, metal que resulta absolutamente indispensable para la formación de la hemoglobina –esto es, la proteína de los glóbulos rojos que, entre otras funciones, transporta el oxígeno a los tejidos y el CO2 para su eliminación en los pulmones–. Una enfermedad que puede asociarse a complicaciones muy graves y que resulta, si cabe, más peligrosa en los bebés. Y es que la anemia ferropénica puede conllevar defectos en el neurodesarrollo de los bebés y, por tanto, la aparición de problemas cognitivos, motores y del comportamiento. Un riesgo que, como muestra un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), puede evitarse simplemente retrasando el pinzamiento –y posterior corte– del cordón umbilical tras el alumbramiento.


Como explica Ola Andersson, director de esta investigación publicada en la revista «JAMA Pediatrics», «nuestro trabajo muestra que demorar 180 segundos el pinzamiento del cordón umbilical es una intervención efectiva para reducir la anemia a los ocho y los 12 meses de edad en la población de alto riesgo con un coste mínimo y sin efectos secundarios aparentes».


A día de hoy, el tratamiento de anemia ferropénica en bebés viene constituido por la administración de suplementos y alimentos enriquecidos. Pero dado que siempre es mejor prevenir que curar, debe contemplarse, tal y como han sugerido distintos estudios, la posibilidad de retrasar el pinzamiento y corte del cordón umbilical tras el parto. No en vano, como recuerda la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta demora permite que se mantenga el flujo sanguíneo entre la madre y el recién nacido, lo que puede mejorar la dotación de hierro del neonato. Un beneficio, además, que resulta aún más importante en aquellos lactantes nacidos en países en los que hay un menor acceso a alimentos ricos en hierro. Pero, ¿se trata de una medida realmente efectiva? Y asimismo, ¿cuánto debe retrasarse la intervención?



Para responder a estas preguntas, los autores contaron con la participación de 540 recién nacidos de Nepal –país con una elevada prevalencia de anemia ferropénica neonatal– en los que, de acuerdo con un criterio totalmente aleatorio, realizaron el pinzamiento y corte del cordón umbilical antes de que hubiera transcurrido el primer minuto desde el alumbramiento o una vez se habían superado los 180 segundos.


Los resultados mostraron que los bebés de ocho meses en los que se esperó un mínimo de tres minutos para realizar el pinzamiento tenían un nivel promedio de hemoglobina mayor, así como una prevalencia de anemia ferropénica inferior.


Es más; alcanzados los 12 meses de edad, los beneficios en los niveles de hemoglobina y en la tasa de anemia asociados con la demora de tres o más minutos fueron incluso más significativos.



En definitiva, parece que el pinzamiento tardío del cordón umbilical tiene efectos muy positivos sobre la salud del bebé. Un aspecto a tener muy en cuenta dado que se trata de una medida que, contrariamente a como sucede con la posterior necesidad de suplementos y alimentos enriquecidos, no conlleva ningún coste económico.


Como concluye Ola Anderson, «la implementación de esta intervención a nivel global podría traducirse en una reducción de cinco millones de casos de anemia en niños de ocho meses de edad, lo que tendría especialmente una alta significación en materia de salud pública en el Asia Meridional y en el África sub-sahariana, regiones en las que se localiza la mayor prevalencia de anemia».


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